La noticia eterna

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Chesterton visualizaba lo eterno en lo cotidiano y al hombre sencillo como una persona que trasciende. Ver esas almas que transitan con sentido común, que aspiran con bondad y que tienen vidas íntegras, es el mayor anhelo que se puede tener. Es la mayor esperanza que se puede encontrar. También defendió este principio contra los pesimistas que atacaban al hombre y la vida corriente. En una magnífica biografía de Chesterton, la primera en el mundo, de un amigo cercano a él, llamado W.R. Titterton lo elogió por defender al hombre de la calle contra el experto, al hombre de la calle y su derecho a sus propias costumbres, al hombre de la calle contra el Estado, y sobre todo al hombre de la calle y su derecho de gobernar su propia familia y ser dueño de su propiedad.
Chesterton trascendió porque su noticia era eterna y no del momento (la excusa era el momento, pero el propósito eterno). Por tal motivo, hoy podemos leer todas sus noticias y algo nos dicen, tal vez mucho, casi cien años después. Y es posible que en la actualidad nos sirva más que en su tiempo.
Autor: Ignacio Alejandro Nieto Guil
Editorial: Alfa Ediciones
Dimensiones: 21 x 14 cm
ISBN: 9789878890036
Páginas: 150 pgs

Sin existencias

Chesterton visualizaba lo eterno en lo cotidiano y al hombre sencillo como una persona que trasciende. Ver esas almas que transitan con sentido común, que aspiran con bondad y que tienen vidas íntegras, es el mayor anhelo que se puede tener. Es la mayor esperanza que se puede encontrar. También defendió este principio contra los pesimistas que atacaban al hombre y la vida corriente. En una magnífica biografía de Chesterton, la primera en el mundo, de un amigo cercano a él, llamado W.R. Titterton lo elogió por defender al hombre de la calle contra el experto, al hombre de la calle y su derecho a sus propias costumbres, al hombre de la calle contra el Estado, y sobre todo al hombre de la calle y su derecho de gobernar su propia familia y ser dueño de su propiedad.
Chesterton trascendió porque su noticia era eterna y no del momento (la excusa era el momento, pero el propósito eterno). Por tal motivo, hoy podemos leer todas sus noticias y algo nos dicen, tal vez mucho, casi cien años después. Y es posible que en la actualidad nos sirva más que en su tiempo.

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